domingo, 24 de enero de 2010

NOTA º12 - EL RADICALISMO QUEDÓ “ENREDRADO”.


Creo realmente que, con la crisis generada por el gobierno en relación con el Banco Central, el radicalismo quedó aprisionado por contradicciones que le son propias y en las que el gobierno poco y nada tuvo que ver.


La deliberada decisión de la presidente de la Nación de crear un DNU, sin necesidad y sin urgencia, pero aprovechando el receso del Congreso de la Nación, no es otra cosa que una deslealtad democrática más de un establishment oficialista ajeno a las prácticas institucionales.


Sin embargo el radicalismo no logra hacer pie y establecer una posición coherente sobre la forma y el fondo de la cuestión.


Efectivamente, aquí no se trata de la permanencia o no al frente del Banco Central del ex –señor Hernán Pérez –desconocido y vulgar- o del famoso Sr. Martín Redrado – el verdadero “golden boy”- Se trata de definir dos aspectos centrales de la política nacional que, a mi entender, significan la política institucional y la política económica.


En relación con la política institucional resulta inadmisible el argumento, según el cual (y esgrimido por el gobierno), el Congreso de la Nación no puede “autoconvocarse” durante los meses de receso. Por el contrario, hacerlo, en estas o en circunstancias similares por su gravedad, constituye una obligación institucional y política además de ser un imperativo moral, toda vez que se pone en riesgo definiciones de alta política, cuya decisión trasciende al actual gobierno y condiciona y afecta negativamente a los intereses nacionales.


Estas posiciones acerca de la institucionalidad de la democracia argentina debieran ser innegociables y exigen su denuncia pública, enérgica y sin vacilaciones.


El radicalismo no pudo hacerlo por que para algunos la institucionalidad esta sujeta a intereses circunstanciales y de sector, como si fuera una variable ajustable. Para otros, en cambio, era una cuestión central. Parece que primó la primera.


En relación con la política económica el radicalismo debió sostener públicamente y a los gritos, que el Banco Central de la República Argentina, es una institución de la Nación y que está al servicio del pueblo argentino y, por lo tanto, no es ni autónomo ni independiente, salvo de los intereses antinacionales y antipopulares.


Los resortes y las instituciones gubernamentales y públicas son conquistas democráticas y populares irrenunciables y, como tales, forman parte, como radicales, de nuestro ideario nacional y transformador.

Y decimos más, si las reservas de los argentinos en nuestro Banco Central, superan las cantidades necesarias para hacer frente a las deudas -que otros contrajeron- y para asegurar una saneada política monetaria, esos excedentes deben ponerse al servicio del desarrollo nacional, financiando un Banco Nacional de Desarrollo o que se aliente y se financie la creación y consolidación de pequeñas y medianas empresas o se destine para el desarrollo de tecnologías estratégicas como las energéticas, entre otras posibilidades.


El destino de esos fondos “excedentes” puede establecerse a través del Congreso Nacional, con fines específicos y con control parlamentario. La instrumentación fáctica de estos postulados será tarea de equipos técnicos sujetos al interés nacional.


Como podemos observar esta discusión no se reduce, y por mucho, a la mera oposición a este gobierno. Resulta penoso y vergonzante que la Unión Cívica Radical haya titubeado ante la postulación del eje central del debate. La falta de acuerdo y de consensos estratégicos acerca del fondo de la cuestión –que se describió en el párrafo anterior- entre los bloques parlamentarios del partido, el Comité Nacional y el ingeniero oficialista-opositor vicepresidente de la nación, vulneran al extremo el perfil y la profundidad ideológica de la Unión Cívica Radical.


Estas contradicciones no expresan desavenencias circunstanciales sino que implican colisiones ideológicas y políticas de difícil resolución que estallarán – en el peor escenario- en un virtual gobierno nacional con participación partidaria, sumiendo a la república y al partido en una nueva crisis basada, otra vez, en apetitos y proyectos de poder personales, alejados de la verdadera voluntad de servicio y de transformación que tiene la Unión Cívica Radical con el pueblo argentino.


Pero la cosa no termina ahí ya que somete al partido a una crisis con pocos precedentes, al Acuerdo Cívico y Social a una tensión que adelanta situaciones del 2011 y que pone en riesgo la continuidad de la principal alternativa al gobierno y, lo que es peor, habilita al gobierno a doblar las apuestas y llevar, más allá de lo aconsejable, una situación crítica, de final abierto e incierto, razones por las cuales urge convocar a los órganos partidarios para establecer posiciones, claras e incontrastables, y convocar al resto de las fuerzas políticas nacionales, populares y democráticas para ponerle un freno efectivo y definitivo al gobierno nacional.


SERGIO LÓPEZ.

Convencional Nacional

Provincia de Buenos Aires.


NOTA º11 - DECLARACIONES

22/01/2010
Leopoldo Moreau: "ni Kirchner ni Carrió podrán dividir a la UCR"

El dirigente de la Unión Cívica Radical bonaerense Leopoldo Moreau, afirmó tras asistir a una acto partidario en Mar del Plata que “la sociedad estaba esperando la reunificación del radicalismo y ésta se concretó en el momento más oportuno y necesario, porque la gente está necesitando una guía y un ancla ante tanta confusión y desatino".

Asimismo, Moreau pidió "cuidar" la unidad partidaria, "evitando las mezquindades, los vedetismos y las zancadillas entre nosotros. Tenemos que cuidar a todos nuestros dirigentes y no permitir ataques ni agravios contra ellos. Ni Kirchner ni Carrió podrían dividir a la UCR".

El acto contó con la presencia, entre otros, de los concejales locales, entre los que se destacó Maximiliano Abad, el ex titular del Concejo Deliberante Oscar Pagni, el diputado nacional Serebrinsky. Tambien se hicieron presentes el diputado provincial Carlos Garcia y el senador bonaerense Santiago Nino y delegaciones de localidades de la Quinta Sección Electoral.

24/01/2010
Alfonsín pidió celeridad para resolver el conflicto del BCRA
El vicepresidente primero de la Cámara de Diputados de la Nación, Ricardo Alfonsín, pidió celeridad en el tratamiento del decreto de necesidad y urgencia que removió de su cargo al frente del Banco Central a Martín Redrado.

En este sentido, lamentó que la discusión no se haya realizado antes en el Congreso para poder "encontrar entre todos una solución".

El diputado de la UCR instó a que la Comisión Bicameral se defina "en el menor tiempo posible" sobre los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) para el uso de las reservas del Banco Central.

Alfonsín explicó que si el debate se prolonga "impacta negativamente" al país en diferentes aspectos, sobre todo en el "económico".

Por último, reiteró que el vicepresidente Julio Cobos no debe renunciar porque "le pone un freno al Gobierno".

sábado, 23 de enero de 2010

NOTA º10 - Una nueva desubicación de la presidente

Una vez más, la verborragia de la presidente Cristina Fernández de Kirchner le jugó una mala pasada. En esta ocasión, como se decía en otros tiempos, “metió las de andar” al intentar demostrar que tiene condiciones de humorista. Cuando un asistente al acto en que hablaba la primera mandataria le gritó: “¡Genia!”, Fernández no tuvo mejor idea que replicar: “No, qué voy a ser una genia, si fuera una genia haría desaparecer a algunos”.

Además de poner en evidencia que no tiene un buen manejo del idioma –genio es una palabra que no tiene género, es decir que no es masculino ni femenino, por lo tanto no debe reemplazarse la letra o por la letra a para referirse a una mujer-, Fernández hizo gala de una desubicación notable. En un país como la Argentina, la palabra “desaparecer”, y todos sus derivados, provoca una sensación desagradable. Hay heridas que aún no han cicatrizado del todo.

Esta situación hace recordar a otra frase poco feliz, pronunciada en el marco del anuncio del llamado “Fútbol para todos”. En esa ocasión, Fernández comparó a la imposibilidad de mostrar los goles antes que lo hiciera la empresa que tenía la concesión de la televisación de los partidos con el secuestro y desaparición de personas durante la última dictadura militar.

Es evidente que la presidente no está bien asesorada o, parafraseando a Gabriel García Márquez, “no tiene quien le escriba”.

Nelson Oscar Hayes


viernes, 22 de enero de 2010

NOTA º9 - ELECCIONES EN CHILE: ¿EL FINAL DE LA CONCERTACIÓN?

Los verdaderos demócratas deberíamos saludar la alternancia política en Chile pero, una vez más, las reglas de la democracia nos dejan el sabor amargo de lo que no fue. Es así que, luego de veinte años, la derecha chilena logra conformar una relativa mayoría y alcanza el gobierno en elecciones democráticas.

Una derecha que no logra –o no quiere- romper lazos con el pinochetismo, ya que la Unión Democrática Independiente (UDI), es el principal soporte de la alianza de Piñera y de su partido, el Renovador Nacional.

De todos modos no es el objeto de este artículo explicar por qué ganó la derecha en Chile. La idea es tratar de comprender por qué perdió la Concertación.

Seguramente muchos serán los motivos. Nos centraremos sólo en dos: La cuestión interna de la Concertación y el agotamiento de un proyecto político que duró dos décadas.

Me permito afirmar que la Concertación perdió la presidencia de Chile en primera vuelta. No solo por la gran elección que hizo Marco Enríquez Ominami sino por el fraccionalismo que aportó la izquierda con las candidaturas de Jorge Arrate y de Alejandro Navarro – que juntos suman más del cincuenta y cinco por ciento de los votos-. Estos candidatos no son ajenos a la vida política chilena, por el contrario, son dirigentes de dilatadas trayectorias políticas. Por lo tanto no son “inventos políticos” ni emergentes circunstanciales.

La ruptura de la Concertación se explica, a mi entender, por varias razones que hacen a la vida interna de la coalición.

La falta de renovación generacional y la carencia de reglas democráticas para la selección de candidatos –casi como un espejo del sistema político chileno- son claves para comprender lo que ha pasado.

Efectivamente, lo que ha ocurrido el 13 de diciembre fue una “interna abierta” de la Concertación.

La imposición, contra viento y marea, de la candidatura de un hombre gris como Eduardo Frei, probablemente el peor presidente de la reciente democracia chilena, revela, no solo un grave error estratégico, sino también una decisión que anticipa tiempos de cambios en la izquierda chilena.

La pregunta del millón es: ¿por qué la Concertación no llevó de candidato a Ricardo Lagos, verdadero líder político y el más prestigioso y popular de los concertacionistas?

Error o estrategia lo cierto es que la derecha chilena y, a pesar de todo, solo ganó la elección por poco más de tres puntos porcentuales y en segunda vuelta.

También resulta novedoso y llamativo el escaso traspaso de popularidad –y la falta de apoyo público y explícito- de Michele Bachelet a su candidato, Eduardo Frei. En la elección anterior fue Ricardo Lagos y su gobierno de enorme popularidad, quienes sostuvieron la audaz candidatura de una mujer, la propia Bachelet,
–en un país machista- contra una derecha ya fortalecida y con un candidato consolidado, que era el mismísimo Sebastián Piñera.

ELECCIONES EN CHILE: ¿EL FINAL DE LA CONCERTACIÓN? (CONTINUACION)

La segunda referencia es que el sistema político chileno y sus dirigentes –que con tanto ánimo los argentinos admiran-, en realidad esconden una serie de condicionamientos al pleno ejercicio de la democracia.

Las dificultades objetivas que tienen los más jóvenes para registrarse como votantes y de los más pobres- su situación desalienta la participación política-, hace que el sistema político chileno sea una democracia restringida, elitista u oligárquica, como sostienen algunos estudiosos y políticos de la región. Esta deuda, con la democracia y el pueblo chileno, no pudo ser revertida durante los sucesivos gobiernos de la Concertación.

Por otro lado el modelo económico chileno –basado en la desigualdad social que asegura la transferencia de recursos económicos de los sectores más vulnerables de la sociedad chilena, a los más encumbrados y, que permite el fortalecimiento y la concentración económica de los grupos más poderosos-, gestado durante la dictadura de Pinochet, se ha consolidado durante la Concertación o, al menos, no ha sido revertida en sus aspectos sustanciales.

Habrá otras razones para explicar y comprender esta elección en Chile. Lo cierto es que la reconstrucción de una nueva alternativa a la derecha chilena es un desafío para la izquierda del país hermano.

Sólo si prospera la renovación generacional, política e ideológica, veremos las auténticas virtudes de la democracia chilena.

SERGIO LÓPEZ.

Presidente

Instituto para el Progreso y la Igualdad.

martes, 19 de enero de 2010

NOTA º8 - Banco Central, Redrado y reservas: 10 preguntas y alguna opinión

1- ¿Se debe pagar la deuda con reservas?

La primera pregunta es si se debe pagar la deuda, la respuesta es sin dudas afirmativa, entrar en default nuevamente tendría para el país efectos devastadores.

Luego, convendría preguntarnos si es conveniente tomar préstamos externos para pagar los intereses de la deuda y de esa forma no tocar las reservas. La respuesta a esto tiene un interés meramente teórico dado que en las presentes circunstancias, es imposible para La Argentina acceder al mercado de crédito internacional.

Entonces, hay solo 2 caminos para hacer frente a los compromisos externos: a) usar las reservas o b) emitir una letra para obtener los recursos.



2- ¿Cuánto debe ser el volumen de reservas del Estado?

En el caso de un país como La Argentina , proclive a las turbulencias económicas es conveniente tener un nivel de reservas alto dado que esto brinda solidez a la economía, evita la especulación interna sobre el tipo de cambio y aleja la posibilidad de un ataque financiero desde el exterior.



3- ¿Quién debe decidir el destino de las reservas?

Las reservas son ahorros de todos los argentinos por consiguiente no pueden ser consideradas un botín por ningún gobierno de turno.

El ámbito propicio para el tratamiento de este tema debe ser el más representativo y deliberativo posible, esto es, el Congreso Nacional.



4- ¿Debe el Banco Central ser autónomo?

Sin dudas, no. El Banco Central debe ser una herramienta de la política económica del Estado.



5- ¿Dónde deben estar las reservas?

Aquí, la afirmación es categórica: el 100% de las reservas deben estar en el país, tener las reservas en otros países es una estupidez cuando no una traición, nos expone a embargos, capitalizamos a otros países (los más ricos) y a veces hasta ayudamos a financiar los déficits de los países que nos obligan a tener superávit.

Es francamente macabro que los países pobres tengamos que hacer economías para financiar el despilfarro de los países ricos.



6- ¿Es correcto que una decisión judicial frene una decisión del Poder Ejecutivo?

No, las cuestiones políticas no son justiciables. (Ningún jurista serio del mundo puede tener una opinión en contrario).

En otro orden de cosas la Argentina debe cambiar su control de constitucionalidad pero esto es algo que excede el objetivo del presente análisis.



7- ¿Debería renunciar Redrado?

La posición de Redrado es insostenible por donde se la mire.

Debería renunciar, ya no lo sostiene nadie y su único objetivo es hacer daño.



8- ¿Hace bien el Congreso en autoconvocarse para tratar este tema?

Sí, Los temas referentes a la deuda interior y exterior de la Nación deben ser tratados por el Congreso (Art 75 Inc. 7 de la Constitución Nacional ).

Además de la mamarrachesca decisión presidencial de no incluir esta decisión en el presupuesto, sumado a la arbitrariedad de presentarla como un DNU apenas pocos días de terminado el período de sesiones ordinarias del Congreso.



9- ¿Se debe volver al Fondo Monetario Internacional?

En rigor de verdad La Argentina nunca dejó de ser miembro del Fondo Monetario Internacional, lo que si se hizo y creo que con buen criterio, fue pagar la deuda con el Fondo y no volver a tomar más créditos de esa institución, a los efectos de evitar los monitoreos y los condicionamientos en materia de política económica que el Fondo impone.

En concordancia con lo ante expuesto no debemos recurrir al fondo a menos que querramos hipotecar nuestro desarrollo y las políticas sociales.



10-¿Tiene solución este conflicto?

Sí. La solución económica a estos pagos está al alcance de la mano. Este año el país tendrá un crecimiento considerable por ende es casi seguro que se volverá a los superávits fiscal y del sector externo, es decir habrá capacidad de ahorro para hacer frente a los compromisos de la deuda.

Marcelo Rossi

NOTA º7 - JESÚS RODRÍGUEZ: "ARTURO ILLIA FUE UN EJEMPLO A IMITAR"






En ocasión de celebrarse el homenaje al ex presidente Arturo Umberto Illia, el dirigente radical Jesús Rodríguez dialogó con “Radical de Siempre”.
- ¿Qué significó Arturo Illia para la nación argentina?
- Un ejemplo a imitar, y una vergüenza social por lo que los argentinos permitimos que sucediera en ese momento.
- ¿Qué cree que le diría Illia al actual gobierno?
- Que escuche, que aprenda, que sea humilde y que respete las leyes.
- ¿Qué hay que hacer para que el radicalismo llegue nuevamente al gobierno?
- Lo que estamos haciendo: trabajando y demostrando que tenemos capacidad de diálogo, capacidad para formular un proyecto de transformación, capacidad para acordar con otros sectores sociales y políticos, capacidad para aprender de nuestras experiencias, aquellas en las que nos fue bien y aquellas en las que nos fue mal, de nuestros aciertos y de nuestros errores, y de los errores y aciertos de los demás.


Nelson Oscar hayes

NOTA º6 - UN NUEVO HOMENAJE A ARTURO ILLIA





Al cumplirse un nuevo aniversario de la muerte del ex presidente Arturo Umberto Illia, ocurrida el 18 de enero de 1983, se realizó un homenaje en el cementerio de Recoleta, como todos los años, al que concurrieron los integrantes de la Peña “Radical de Siempre”. El orador, en esta ocasión, fue el senador nacional Ernesto Sanz, titular de la Unión Cívica Radical.
Sanz se refirió a Illia como “un hombre probo, decente, un republicano y democrático a carta cabal, que gobernó con eficacia, con eficiencia, y que fue destituido porque había intereses a los que su gobierno popular y democrático estaba afectando”. Recordó que uno de los casos fue la Ley de Medicamentos, que tocó intereses muy poderosos.
Al hacer un repaso del gobierno de Illia, el senador mencionó que “cuando se fue del gobierno lo dejó con pleno empleo, con una economía en crecimiento, con una Argentina vinculada al mundo, habiendo recuperado su prestigio hacia fuera y su autoestima hacia adentro, con leyes laborales progresistas en defensa de los derechos de los trabajadores, con un federalismo absoluto con una independencia del poder judicial que era un ejemplo y, además, con el ejemplo de su conducta: cuando se fue del gobierno era más pobre que cuando entró”. Agregó que el ex presidente “es recordado por su decencia y su honestidad”.
Sanz no evitó comparar el gobierno de Illia con el actual: “El país vive hoy un momento en que los valores que encarnó el doctor Illia están en crisis”, para luego añadir que “hay que construir mucha ciudadanía, y se hace a partir de valores”. Sin hacer nombres, dijo: “A veces el poder se ejerce, se muestra, se ostenta y se abusa de él; algunos pretenden ejercer el poder mediante decretos y no mediante leyes”. También dejó una definición: “El verdadero poder no está en ejercer circunstancialmente un gobierno, sino en la conducta, en el ejemplo, en la virtud, en la prudencia, en la decencia y en la lealtad”.
Para finalizar el acto, se depositó una ofrenda floral en el panteón de los caídos en la Revolución de 1890.


Nelson Oscar Hayes

sábado, 16 de enero de 2010

NOTA º5 - HOMENAJE A ILLIA: LUNES 18 DE ENERO, 18 HS. RECOLETA



La peña política "Radical de Siempre" adhiere e invita al homenaje al Dr. Arturo Umberto Illia a llevarse a cabo este lunes 18 de enero a las 18 hs, en el Cementerio de la Recoleta, con motivo del 27º aniversario de su fallecimiento.

NOTA º4 - EL TURNO DE LA HONESTIDAD


Un verdadero radical no le escapa al diálogo, a la negociación seria y al debate sincero. El debate no debe tener la intención de "destruir" al otro, sino la posibilidad de aprender mutuamente. El necio que "embarulla", cree que venció en una pulseada. El sabio, aunque sea poco, hasta aprendió algo del necio. Más aún , lo que no debe hacer...
Me ha tocado debatir con amigos "K"... Algunos me dirán, talvez, que no puedo tener amigos de tal o cual orientación ideológica. Eso lo refuto. En la familia y entre nuestras amistades, hay gente que defiende este "modelo" y con quienes nos unen lazos afectivos diversos. Lo importante es encontrar las reglas para el diálogo pacífico. El ejemplo que deberían dar nuestros legisladores (hablo como argentino en general..)
No se puede ser oposición porque si. Si lo dice el otro: "me opongo"....
No se puede ser soberbio y no negociar nada, creyéndome el único realizador de la Argentina porque haya ganado una elección (como diría en su última aparición Raúl Alfonsín).
A la Argentina le está faltando equilibrio y, sobre todo, apego a la ley, respetuo mutuo. Nos recordaba Raúl, como si fuera un viejo profeta antiguotestamentario: "Tenemos que querernos más los argentinos".
Un logro irrefutable de la Democracia ha sido la erradicación de la "violencia" como método de resolución de conflictos. Así lo que pudo haber sido la venganza privada y un nuevo mar de sangre, se resolvió en el "juicio a las juntas", a las tres A, a los líderes guerrilleros.
Otro logro terminante: las crisis, las zozobras, los errores de los gobernantes, no se solucionan con un golpe militar, sino con más Democracia. El 2001 fue un ejemplo de como las instituciones dieron una salida, impensada veinte años atrás. Lo mismo ocurrió el año 2008 con la crisis del "campo".
Hoy tenemos la certeza de la profundización del diálogo y el debate racional, de la defensa de la Constitución (que no puede ser vulnerada por un golpista uniformado con sus cómplices civiles, pero tampoco por un gobierno elegido en forma legítima que pretende obviarla).
La Constitución Nacional pone límites a las pretensiones hegemónicas. Debemos defenderla. Debemos defender la Democracia, que no solamente se hace declamándolo, sino fundamentalmente: cumpliendo con la ley; defendiendo nuestras ideas entendiendo que el fin no justifica los medios; erradicando la pobreza y el hambre; erradicando la ignoracia, el punterismo y el manipuleo político; favoreciendo la democracia interna en los partidos "semi-autocráticos" y erradicando el fraude y la trampa en los partidos "democráticos";erradicando la corrupción...
El Año del Bicentenario debe mostrar algo de madurez para una Nación joven, pero que llegó a los dos siglos. También debe ser el año del despegue definitivo de una Argentina respetuosa de las instituciones y las reglas, con valores, inclusión social y distribución equitativa de la riqueza (y agregaría, del conocimiento...)
Podemos hacerlo. Debe ser entre todos.
Los Radicales estamos un paso más adelante. Debemos dar el ejemplo. La sociedad nos vuelve a mirar. Vuelve a reclamar la política seria y los políticos honestos.... Los seguimos teniendo. Tienen que seguir apareciendo en la escena y demostrarlo.
Hugo Turrini

NOTA º3 - A DON ARTURO


Era un tórrido mes de diciembre de 1981, en la Provincia de San Juan. El tren de las Arenas, proveniente de Mendoza, iba con destino a la ciudad del Zonda, repleto de pasajeros dispuestos a pasar las fiestas navideñas con familiares y amigos.

Entre los habitantes circunstanciales del legendario ferrocarril viajaba un ilustre pasajero: Don Arturo Illia, quien había sido Presidente de la Nación Argentina en 1963 y derrocado en 1966.

Al verlo los usuarios quedaron atónitos, asombrados.

- Perdón… Es usted?... El Presidente Illia…?- Preguntó desconcertado un hombre de unos sesenta años, de aspecto sencillo. Era un trabajador cuyano. Viñatero.
- Sí, soy yo. ¿cómo está usted, amigo? Contestó Illia.
- Mirá vieja, es Illia. No lo puedo creer. ¿Qué hace usted acá, en este tren, con este calor insoportable?
- Viajo. Recorro el país conversando con mis conciudadanos. ¡Imagínese todo lo que tengo para contarles y todo lo que necesito oír de ustedes!
- El Dr. Illia está brindando algunas conferencias en todo el país y por eso está en San Juan.- Aclaró un correligionario que acompañaba a Illia.
- En realidad conversar con los ciudadanos es una obligación cívica de todo político. Lo hago desde los dieciocho o veinte años. Uno nunca deja de hacerlo, especialmente si ha sido Presidente.

El guarda del tren lo había visto subir en Mendoza. Estaba lejos. Pero la figura física de Don Arturo era inconfundible. Sin embargo, dudó, por las mismas razones que lo hizo el viñatero. Ahora lo tenía de frente en un vagón mil veces recorrido y que hoy parecía tener algo especial. Las personas de vagones contiguos se habían acercado a Don Arturo. Ya no importaba el calor ni la sed ni el polvo ni la sequedad desesperante propia de la región. Los argentinos se agolpaban, tranquilos, en paz, dispuestos a compartir un impensado encuentro con la historia. Algunos de ellos eran hombres grandes, de la edad de Illia, quienes sabían perfectamente lo que había ocurrido. Otros eran más jóvenes, muchos eran niños que no lograban comprender acabadamente lo que estaban viviendo. Lo entenderían muy bien pocos años después…

El mesero del vagón comedor le trajo una “térmica” a Don Arturo, que fue pasando de mano en mano, hasta llegar a su destinatario. El ambiente cobró una inusual calma, una armonía consustancial.

Illia lo notó inmediatamente y resaltó la necesidad de una convocatoria amplia, para todos los argentinos, porque una nación se hace con todos pero en paz, con honradez, trabajo y dignidad.

El silencio era total sólo se oía, a lo lejos, como una melodía rutinaria, el inconfundible ruido metálico de rieles y rodamientos. No cabía un alfiler en el vagón. Los más rezagados reclamaron querer ver y oír al “Señor Presidente”. Nadie sabe quién le acercó a Don Arturo un banquito de madera. Sobre él se paró y, tomándose de los pasamanos del techo del vagón, siguió conversando. Era su estilo. Lo prefería a los largos y medulares discursos, tan necesarios en la política, para poder explicar en profundidad las cosas.

Pero hay ocasiones, muy excepcionales, en donde el diálogo y la reflexión son posibles. Ahora todos lo escuchaban parados, sentados en el piso, en los pasillos, en las escalerillas. Por una especie de efecto mágico casi todos podían verlo y escucharlo, como si su figura se agigantara y tomara otras proporciones dentro de este viejo y pequeño vagón de tren.

Absortos, ante la inusual presencia de un ex presidente de la nación, todos habían olvidado que una feroz dictadura militar gobernaba (o desgobernaba) la república y que estaba terminantemente prohibida la actividad política, y esto se había transformado, a todas luces, en un acto político. Incluso las autoridades ferroviarias a bordo del tren y un policía provincial que estaba con su hijo en brazos lo habían olvidado y participaban, como todos, de este diálogo cívico.

El Dr. Illia respondía las preguntas que le hacían, explicaba las acciones de su gobierno y evaluaba la situación actual que, por supuesto, era gravísima. El debate era generalizado, todos participaban y daban su opinión.

Un joven universitario indicó que, en la facultad donde él estudiaba, había un informe de una universidad estadounidense según el cual, de haberse continuado con las políticas implementadas durante el gobierno del Dr. Illia, la Argentina hubiera alcanzado en 1980, un grado de desarrollo similar al de Canadá.

La revelación causó asombro y estupor.

- ¿Cómo puede ser eso posible?- Dijo una mujer que, a pesar de estar indignada, podía imaginar las razones de esa frustración nacional.

Por las dudas el Dr. Illia relató, con más detalle, las acciones generales de su gobierno y sus principales logros. El crecimiento extraordinario y sostenido, durante los años de su gobierno, del PBI; el control nacional de las principales variables económicas y recursos estratégicos; la disminución-incontrastable- de la desocupación; el aumento del poder adquisitivo de los trabajadores; la libertad vigente en el país; el respeto irrestricto a las instituciones de la democracia y de la república; la paz, la tolerancia y la vigencia de los derechos humanos; la libertad de prensa; la ley de medicamentos que los declaraba como bien social, colocándolo al margen de las perversas lógicas del mercado salvaje, según la cual sólo accederán a los bienes creados por la sociedad, aquellos que tengan el suficiente dinero para adquirirlos; el desarrollo de un sistema de salud, sin obras sociales que lucraran con la salud de los argentinos, consolidando el sistema público de salud con calidad y servicios para todos; la implementación del Plan Nacional de Desarrollo que ordenaba y organizaba la economía que -como dijo ese joven- de haberse seguido aplicando y perfeccionando, hubiese la Argentina, alcanzado niveles de bienestar como los mejores países del mundo.

Fue la obra de un estadista.

A medida que el Dr. Illia desarrollaba estas cuestiones un generalizado sentimiento de estupor se apoderaba de los presentes. Este sentimiento de estupor tenía diferentes causas. Para algunos tenía su origen en una especie de culpa o remordimiento, por haber desatendido sus obligaciones ciudadanas en épocas del gobierno radical que, enajenados por la desidia, habían permitido que la diatriba y la difamación de los voceros de lo establecido, quienes defendían los intereses creados (generalmente en contra o en detrimento de los intereses nacionales), fueran consideradas como verdades irrefutables.

Otros porque combatieron, desde posiciones políticas diversas, a un gobierno honrado y patriótico, haciendo prevalecer sus posturas. Aún cuando causaran la ruina de la nación, colaboraron en la caída de tan ejemplar gobierno, olvidando que los gobiernos son para los pueblos y que la Nación no puede estar subordinada a lógicas antidemocráticas, autoritarias, ni de sector, que condenara al pueblo a las atrocidades que vinieron después. No fueron pocos quienes alertaron sobre lo que vendría de continuar con estas actitudes. Porque si bien nadie es adivino de lo que vendrá, tampoco a nadie escapaba acerca de las consecuencias de sus intenciones. La propia historia reciente de la Argentina indicaba, claramente, lo que sucedería.


Nadie puede sostener, honestamente, sin mentir o distorsionar la realidad hasta despojarla de los más elementales rastros de dignidad, que el Dr. Arturo Illia y el gobierno de la Unión Cívica Radical, merecían la condena y el derrocamiento propinado con el golpe de 1966, que no es otra cosa que la consecuencia de una combinación deleznable de fuerzas que se comportaron de manera vergonzante en nombre de intereses e intenciones inconfesables.

Variados serán los argumentos que quieran darse muchos para autojustificar su accionar en esa oportunidad. Todos sabían perfectamente lo que hacían. Si lo hicieron fue porque quisieron. Nadie estaba obligado a actuar en contra de un gobierno democrático perjudicando al pueblo argentino y no los redime ni les quita responsabilidad el que, algunos, mucho tiempo después, hayan reconocido el grave error cometido.

Todos estaban abrumados. El Dr. Illia comprendió el pesar de sus compatriotas y, como humanista de convicción, les indicó que debíamos recuperar la democracia, esta vez para siempre, y que la voluntad y el accionar de cada una de ellos era fundamental para concretar la obra. Cada uno debía cumplir con su deber.

El tren estaba llegando a Villa Krause, una localidad muy cercana a la ciudad de San Juan, donde Don Arturo era esperado por un grupo de jóvenes correligionarios El Dr. Illia se despidió de todos. Un aplauso de varios minutos coronó el diálogo cívico.

Fue un sincero reconocimiento de esos ciudadanos a la labor y entrega de Arturo Illia.

Cada uno volvería a sus casas, a sus trabajos. Como siempre. Pero ya no eran las mismas personas que cuando abordaron el tren. Luego contarían su experiencia a sus conocidos. Y, queriéndolo, reivindicaron a Don Arturo.

El ex presidente bajó del tren. El joven estudiante lo siguió, lo tomó del brazo y le preguntó:

-¿Qué puedo hacer yo para cumplir con ese deber cívico, Dr. Illia?

-Vea, muchacho, si usted tiene inquietudes políticas acompáñeme. Quiero presentarle a algunos amigos. El joven comprendió su vocación y se convirtió, muchos años después, en un reconocido dirigente político.

Una mujer, obrera textil, con un hijo tomado de la mano se acercó a Illia y le dio un beso. El niño también lo hizo.

–Parece un abuelo bueno- dijo el chico.

-Si, es un buen hombre.- afirmó la madre, quien no ocultó su emoción.

El tren continuó su marcha. En el andén Don Arturo caminaba solo. A unos pasos el resto lo seguía.

Estaba completando su tarea. Sin embargo no estaba solo. La patria parecía caminar a su lado.

SERGIO LÓPEZ
Presidente
Instituto para el Progreso y la Igualdad

*Este es un breve relato elaborado en el Instituto para el Progreso y la Igualdad en homenaje a Don Arturo Umberto Illia.

NOTA º2- HOMENAJE A ARTURO UMBERTO ILLIA

viernes, 15 de enero de 2010

NOTA º1- BRINDIS CON RICARDO ALFONSÍN Y MARÍA LUISA STORANI








En Formosa 4925, Villa Ballester (Partido de San Martín), donde se encuentra la sede de la Sociedad de Cultura Leandro N. Alem, fuimos partícipes de una jornada inolvidable.
La peña "Radical de Siempre" agasajó el 23 de diciembre pasado, a varias decenas de correligionarios y amigos que honraron la militancia, al trabajar fervorosamente en la ardua tarea electoral del pasado 28 de junio. Muchos fueron fiscales, otros prepararon o llevaron la comida a las mesas, otros pusieron su tiempo y vehículo a disposición. El objetivo de estas acciones ciudadanas y solidarias fue defender la institucionalidad y la pureza del sufragio, la gran bandera de la lucha yrigoyenista. Todos coadyuvaron al cuidado del voto. Porque una elección se gana voto a voto y hay que controlar con paciencia e insistencia.
Todos nuestros militantes hicieron esa tarea por amor al partido con el cual se identifican, por la desgarradora motivación del dolor de la partida de Raúl Alfonsín, por querer un país mejor y más justo. Cada uno lo hizo desde su lugar y convicción en favor de la UCR y, en definitiva, en favor de la República.
Ese esfuerzo favoreció, sin dudas, el éxito electoral de aquella jornada de junio que,ahora, se ve plasmado en el Congreso de la Nación.
La entrega de un diploma de reconocimiento a cada colaborador, la participación de una rica cena, la amistad, fueron parte de ese merecido obsequio.
El regalo maravilloso, que ninguno de los presentes olvidará, fue la presencia de dos emblemáticos diputados de la provincia de Buenos Aires: Ricardo Alfonsín y María Luisa Storani.
También se hicieron presentes el dirigente Miguel Bazze, el secretario del Comité Provincia, Jorge Deantoni, el licenciado Ricardo Campero, el amigo Tomás Bres y su esposa y el color y la alegría de los militantes de "Orgullo Radical" (La Matanza, Morón y Luján), que embanderaron maravillosamente el salón y entonaron cánticos motivadores para todos los presentes.
Tuve la oportunidad de conducir el evento, del que hicieron uso de la palabra: el dirigente de San Martín, Licenciado Sergio Gustavo López Rizzo, María Luisa Storani y , por supuesto, esperado con ansiedad por todos los presentes, el Dr. Ricardo Alfonsín. Alfonsín agradeció el permanente recuerdo a su padre, el esfuerzo militante, habló de la importancia de construir un país a partir de un "auténtico" progresismo que termine con la pobreza. La peña "Radical de siempre" entregó un diploma al flamante Vicepresidente de la Cámara de Diputados y también hizo lo propio con una emocionada María Luisa a quien se le obsequió un cuadro de su padre, el dirigente histórico Conrado Storani, y cuyo reverso cuenta con una hermosa frase y la firma de los militantes.
La palabra final y el llamado al "Brindis" fue de Ricardo Campero, deseándonos mutuamente una Feliz Navidad y un país mejor, manifestando todos la convicción de la nueva oportunidad histórica que tiene una Unión Cívica Radical en constante ascenso.
Siguieron las charlas, los brindis, en un clima de alegría radical.
La peña "Radical de siempre" desea a todos los lectores del blog un feliz 2010, que ya estamos transitando con nuevas Esperanzas. Un fuerte abrazo.
Dr Hugo Turrini