sábado, 3 de abril de 2010

Raúl Alfonsín, siempre presente





El miércoles 31 de marzo, al cumplirse un año de la desaparición física de Raúl Alfonsín, se realizó un emotivo acto en su homenaje en el cementerio de la Recoleta, al que asistieron numerosos dirigentes, militantes y afiliados partidarios.
El primer orador fue Osvaldo Bisciotti, amigo del extinto líder radical. En su alocución definió a Alfonsín como “un ser inquebrantable, con una escala de valores insobornables, que respetaba a la gente, y que vivió y murió humildemente”. Además, destacó “su grandeza de alma, su espíritu, su transparencia, su lucha permanente por los derechos humanos”, para luego agregar: “El regalo de su amistad me enriqueció la vida, fue una fuente permanente de humanidad”, y exclamó: “¡Cómo le hubiera costado vivir éste último año viendo la inmoralidad del gobierno y de todos sus colaboradores!”.
Luis Brandoni eligió el título de un tango para describir lo que sentía ante la ausencia de Alfonsín: “¡Qué falta que me hacés!”. Luego aseguró: “Raúl está presente en el corazón de todos nosotros, sigue siendo el protagonista de la vida política nacional, es como un faro que puede orientar a nuestros representantes a seguir un rumbo que los lleve a buen puerto”, y recordó las virtudes del ex presidente: “Coraje, vocación democrática, sacrificio, tolerancia, y rechazo al oportunismo y a la banalidad”.
Cuando llegó su turno, el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, opinó: “Parecería que con el tiempo que transcurre la sociedad lo apreciara de una manera más justa, y la historia corrigiera sus errores en la figura de este hombre que tuvo la difícil tarea de iniciar un verdadero proceso de reconstrucción nacional y de estabilidad democrática” al terminar “una fatídica dictadura”. Definió a Alfonsín como “un líder, un estadista, un hombre sencillo, de bien, honesto, al que no le fue fácil gobernar, tuvo que superar innumerables conflictos, pero siempre lo hizo abrazado a la Constitución”. Además, destacó que “siempre se manejó en un marco que hoy se está reclamando, de acuerdo, tolerancia y respeto por los que pensaban distinto; soñó con la unidad de su partido, y con la unidad nacional”. Para terminar, Cobos se comprometió a trabajar en pos de la unidad del radicalismo.
A continuación se dio lectura a una carta enviada por el ex presidente de Brasil José Sarney, en la que éste aseguraba: “Transformamos nuestra relación de jefes de Estado en una relación de amigos. Él será siempre el paradigma del político honesto y con ideas de vanguardia”.
El final del homenaje estuvo a cargo de Ricardo Alfonsín, quien mencionó que “no sólo la dictadura cercena derechos y conculca libertades, también lo hace la pobreza”. El diputado llamó a sus correligionarios a “terminar con el estancamiento, el atraso y los actuales niveles de injusticia”, y los instó a “recuperar la esperanza”. Afirmó que para lograr los cambios que necesita el país “la primera condición es recuperar la credibilidad y la ejemplaridad para la política”, y definió: “La ejemplaridad no sólo es administrar con honestidad los recursos de Estado y combatir de manera frontal la corrupción; la ejemplaridad es no ser autoritario, no destratar a las instituciones, no ser demagogo, no poner por encima del interés general los intereses sectoriales, no ser electoralero, saber definir prioridades, actuar con espíritu de grandeza, con patriotismo y desinterés”. Concluyó su discurso con la siguiente invitación a los presentes: “La deuda que tenemos con Alfonsín es transitar de la democracia formal hacia la democracia social, él cumplió con su deber y descansa en paz, vamos nosotros a cumplir con el nuestro”.

Nelson O. Hayes

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