jueves, 11 de marzo de 2010

EL RADICALISMO Y LAS RESERVAS: ESTRATEGIA DE GOBIERNO Y OPOSICIÓN PARLAMENTARIA

Hacia finales del mes de enero, en plena crisis por el uso de las reservas para el pago de la deuda y la discusión sobre los DNU, sostuvimos que el radicalismo había quedado “enRedrado”. Detrás de este título, un tanto sugerente aunque no original, intentamos manifestar las confusiones y contradicciones que se dejaban apreciar en el partido y los bloques legislativos, sobre la cuestión medular que es, la categórica definición, acerca de si el banco central es autónomo o no y si se pueden utilizar las reservas con otros fines, además de la necesaria para asegurar la estabilidad monetaria y cambiara.



El radicalismo, preso de sus propias contradicciones, tal vez imaginó que, con el bloqueo judicial, la cosa estaría terminada y no haría falta una postura pública sobre la cuestión de fondo.



Todavía hoy, estos temas no han sido públicamente abordados.



Existieron sí, algunas declaraciones de importantes dirigentes partidarios coincidentes con el gobierno y que nosotros compartimos -sobre la autonomía del Banco Central y el destino de las reservas-, tal como lo sostuvimos en el artículo de enero pasado.



Sin embargo la insistencia del Ejecutivo nos pone, otra vez, en el ojo de la tormenta. Como hubo de suponerse, esta crisis tiene diversas derivaciones e interpretaciones que no deja bien parado al gobierno pero que también le hace daño a la oposición.



Efectivamente, el gobierno ha demostrado que la oposición es un conglomerado contradictorio e intenta fragmentarlo, o lo que es peor, arrastrarnos a lógicas de acumulación de poder, al mejor estilo peronista, agobiando al gobierno y, por momentos, con comportamientos propios de desestabilizadores antes que de sujetos democráticos, justificando el virtual estado de guerra argumentado por los K.





Al mismo tiempo la estrategia del bloque partidario en senadores es correcta, a pesar de la virulencia de las últimas decisiones. Después de todo, acaso, estemos asistiendo a un reacomodamiento de las fuerzas políticas luego del 28 de junio.

El gobierno sabe de estas contradicciones e intenta explotarlas al máximo sometiendo al radicalismo, al bloque opositor en el senado y al Acuerdo Cívico y Social a tensiones complejas.



Por otro lado, el Acuerdo exhibe enormes dificultades para construir espacios institucionales de diálogo, debate y acuerdos estratégicos. Ciertamente ponerse de acuerdo en estrategias y tácticas para torcerle el brazo al gobierno y copar el andamiaje institucional no requirió de demasiados debates ideológicos.



Evidentemente, los senadores, ya no pueden pecar de ingenuos (si el termino es el correcto) y deben trazar una embestida coherente y sin grietas, por eso quieren forzar al gobierno al tratamiento por ley del uso de las reservas que debe ir atado –necesariamente- a la rediscusión del presupuesto nacional y de la aprobación en el senado del pliego de la presidente del banco central.



Seguramente el gobierno no accederá a esta formulación del problema e intentará desvincularlo del tema presupuestario que es su verdadero talón de Aquiles, al menos en esta querella.



El radicalismo deberá optar, entonces, por un delicado entramado de negociaciones que le permita demostrar que tutela la mayoría legislativa de la oposición, que no es un actor irrazonable y que se comporta como partido de gobierno sosteniendo posturas coherentes a su ideario partidario. Pero, simultáneamente, deberá hacerle comprender al gobierno que no esta dispuesto a mantener la indulgencia política con una presidente que pretende imponer a rajatabla, sin negociar y extorsionando al radicalismo, sus decisiones.



SERGIO LÓPEZ.

Convencional Nacional

Provincia de Buenos Aires.
8/3/2010

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